Este año rumbeamos nuevamente para el sur, bien al sur (como dice el tatuaje de mi cuñada). Visitamos nuevamente la provincia de Santa Cruz, y anduvimos por El Calafate y El Chaltén.
Sobre Calafate, no tengo mucho para decir, ya es una ciudad grande con todas las letras y pasamos por allí, solo porque visitamos el Parque nacional Los Glaciares, en donde se encuentra el Glaciar Perito Moreno.
Cabe destacar que a pesar de que es la segunda vez que vemos el glaciar, sigue siendo tan impactante como siempre. Ver esa gran masa blanca, que se rompe frente a nosotros, es algo que creo que cada persona debe tener la posibilidad de disfrutar.
La entrada para Argentinos, sale $50. La verdad es que vale la pena pagar ese dinero, si pensamos que se usa para conservar los parque nacionales del país. El parque es muy lindo, y las pasarelas están muy buenas. Hay mucho para recorrer, por lo que, se puede pasar el día completo sin problemas. Como teníamos mucho tiempo, pudimos recorrer las pasarelas muy tranquilos, y disfrutar de los rompimientos del glaciar, que siempre hay. Les dejo una panorámica que saqué (una de las tantas).
Como les comentaba, mas que el Parque nacional, para mi gusto personal, no hay mucho más para hacer en El Calafate.
De ahí nos fuimos al Chaltén. Un pueblo, entre montañas, que aún conserva prácticas que no se ven mas en las ciudades.
Ahora bien, hago esta aclaración, y Daniela, mi cuñada,va a estar mas que de acuerdo conmigo: quien visite El Chaltén, ya sea Argentino o extranjero, debe saber que es la "Capital Nacional del Trekking" es decir, que SE CAMINA. Hay muchísimas cosas para hacer y visitar y disfrutar en este pueblo, y la mayoría, por no decir TODAS, son caminatas autoguiadas (Ver aquí), que igualmente, si uno no se siente seguro para salir solo a la montaña, se puede contratar un guía para que los acompañe.
No voy a hacer de este blog una guía turística, pero realmente disfruto de recomendar los lugares que creo que todos debemos visitar por lo menos una vez en la vida.
Chaltén se caracteriza por una cosa, bueno digamos dos. Viento y algo de frío. Esta vez fuimos en Febrero, y nos tocaron días de 10 grados, algunos días de lluvia, y viento, siempre hay viento. Pero si uno va bien abrigado, se puede hacer todo sin ningún problema.
Uno de los beneficios de este clima, es que en todos los lugares para comer, podemos encontrar exquisitos guisos, durante todo el año, así es que en pleno Febrero, y después de un largo día de caminata, podemos cenar con un calentito guiso de cordero, de lentejas o de mondongo. Recomiendo un lugar, que se llama Ahonikenk, que está sobre la Av. Guemes, justo antes de que termine esa calle. A 3 cuadras de la entrada al pueblo (Algo de info acá).
Demás está decir que la pasamos excelente, caminamos mucho, comimos mucho, descansamos, y disfrutamos de nuestras vacaciones de la forma que mas nos gusta.
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